Contra-visualidad aérea y el derecho a mirar

#64

Pablo de Soto

Parece un escenario posible imaginar que los drones, con sus tecnologías y capacidades, llegarán a tener una presencia pervasiva cada vez mayor en los cielos del mañana. El video “Our Drone Future” simula como, en un futuro cercano, las ciudades utilizarán drones semi-autónomos para la seguridad urbana. Oficiales humanos monitorarán las señales de los drones de vigilancia recibidas de forma remota y los informes de datos se mostrarán con un HUD detallado y se comunicarán a través de una voz humana sintética (diseñada para mitigar el desconforto haciendo al drone sensible). Mientras que los drones operarán independientemente, serán "guiados" por los monitores humanos, que pueden sugerir planes de misiones alternativas y hacer preguntas. Especializándose en análisis predictivo, los drones de seguridad podrán reasignarse misiones para investigar amenazas potenciales. En el video, un drone de seguridad urbana patrulla los lugares críticos de San Francisco y se encuentra con una resistencia civil feroz.
Nicholas Mirzoefff se refiere a la noción de visualidad como el conjunto de mecanismos que ordenan y organizan el mundo, y al hacerlo, naturalizan las estructuras de poder subyacentes que se replican y aplicadas por éstos producen (violentas) transformaciones de lo real. La visualidad entendida como medio para el sostenimiento de la autoridad, el colonialismo, el totalitarismo. El autor detecta tres regímenes históricos o “complejos de visualidad”: la plantación de esclavos, el imperialismo y el complejo militar industrial, donde estaríamos ahora. Estos regímenes naturalizan al poder a través de la clasificación, la separación y la estetización. La visión del drone como aquella que representa “Our drone future” es fundamental en el regimen de visualidad contemporáneo definido por el complejo militar industrial, y ejemplificado por sus doctrinas de contrainsurgencia y sus estrategias de control y castigo basadas en la combinación de la visualización local y a distancia, por sus maquinas de ver y matar como el global hawk o el predator.
Mirzoeff propone el “derecho a mirar” como punto de partida para una “contrahistoria de la visualidad”, basada en las formas de oposición a esa alianza entre visualidad y poder. Frente a ella, el derecho a mirar implica una mirada relacional, igualitaria y reciproca. Frente al reparto policial de las capacidades- cada uno en su sitio y cada uno a lo suyo-, frente a la distribución normativa y naturalizada de lo visible y lo decible, el derecho a mirar expone una subjetividad autónoma capaz de trastocar este reparto, de mirar allí donde se nos dice que no hay nada que ver, y acaso encontrar allí una reciprocidad de la mirada. El derecho a mirar no es entonces sólo ver, sino mirar a los ojos del otro para expresar amistad, comunalidad o amor. La autonomía del derecho a mirar no tiene que ver con el individualismo o el voyeurismo sino con la posibilidad de conjugar una subjetividad y una colectividad política que se asoma a la invención del otro como tarea compartida, común, comunista incluso (Mirzoeff, 2011, p.1).
El “derecho a mirar” como práctica de contravisualidad empleando drones es reclamado y ejercido por un número cada vez mayor de hackers, artistas y activistas, de Bradley Manning y Julian Assange (Collateral Murder) a aquellos que filmaron las ocupaciones multitudinarias de la plazas de Taksim en Estambul, Maidan en Kiev, o Admiral en Hong Kong. Proponemos en este trabajo un ensayo en el que pensar una contra-visualidad nueva del drone a partir de intervinir uno de sus elementos constituvos, el HUD.
Un head-up display, o simplemente HUD, es el instrumento desarrollado para proporcionar informaciónes visuales al piloto, una pantalla transparente que presenta flujos de información remota y recepción de datos de tal forma que el piloto no debe cambiar su punto de vista para ver dicha información. El origen del nombre proviene del hecho de que el piloto puede ver la información necesaria con la cabeza erguida (head up) y mirando al frente, en vez de bajar la cabeza para revisar los instrumentos. Aunque su desarrollo inicial fue para las aeronaves militares, actualmente se utilizan estos sistemas en la aviación civil, automóviles, y en vehículos no tripulados como los drones.
El HUD de un drone ofrece información sobre la altitud, inclinación, velocidad, distancia al objetivo, medidas que tienen que ver con la función vigilancia/ securitaria: una “sentient drone technology” enfocada al ámbito militar policial. ¿Podemos imaginar un HUD contravisual? ¿Qué informaciones en pantalla y datos sobre el territorio debería visualizar?
Partiendo de la hipótesis de que los procesos securitarios en el territorio no son sino parte de los procesos capitalistas de “acumulación primitiva” y enclosures, exploramos en este trabajo las posibilidades de una contra-visualidad aérea reclamando nuestro “derecho a mirar”. Tomamos como herramienta analítica la teoría del cercamiento de los commons -bienes comunes- (de las tierras, de los cuerpos). Así, podríamos pensar un HUD con una información en pantalla que incluya robo de tierra, privatizaciones, explotación del trabajo y niveles de subempleo y horas de desplazamiento al trabajo, base de datos de propietarios, violencia inmobiliaria, shadow banking operations, etc. Trabajando a partir de algunos autores podemos imaginar por ejemplo un David Harvey HUD que en base a un modo analítico de la geografía marxista incluya métricas propias para visualizar la “acumulación por desposesión” en el territorio.
La megalópolis / ciudad global de Rio Janeiro que acoge LAVITS se concibe como un laboratorio urbano privilegiado al mismo tiempo que desafiante para pensar la contra-visualidad aérea, no solo por la dimensión de la violencia física real sino por la posibilidad de proporcionar una perspectiva “aumentada” de los procesos en curso de acumulación y expulsión (Sassen) en el contexto de las transformaciones urbanas en la fase de los mega-eventos. La visualidad como forma de autoridad es un campo en plena efervescencia con la eliminación en 2011 de la palabra favela del google earth/map por petición del area de turismo de la prefectura de la ciudad, los procesos de gentrificación del area portuaria y de las favelas de la zona sur, y las tentativas de expulsiones de moradores antiguos como los de Vila Autódromo.
Esta propuesta continua la actividad de investigación sobre contra-visualidad aérea en la metrópolis brasileira que comenzó con la organización de la demo del proyecto Guerrilla Drone del artista Lot Amorós en el Morro Providencia de Rio de Janeiro en octubre de 2012.

Palabras clave: contra-visualidad, derecho, drones, información, seguridad.